Vandalismo e indignación: destrozan la finca de trabajo de Adiestradogs en Arganda del Rey

La empresa Adiestradogs, conocida por su labor en el adiestramiento y bienestar canino en Arganda del Rey, ha sufrido un acto de vandalismo devastador en una finca que habían restaurado con esfuerzo y recursos propios para convertirla en un espacio de trabajo y convivencia para sus perros.
Un proceso de deterioro progresivo
Todo comenzó el pasado domingo 8 de junio, cuando apareció una pintada en una de las paredes exteriores de la finca, recientemente rehabilitada. Aunque se avisó de inmediato a la Guardia Civil y al Ayuntamiento, el suceso fue minimizado. Días antes, los responsables de Adiestradogs habían sorprendido a dos menores con escopetas de perdigones dentro del recinto, disparando a animales salvajes. A pesar del aviso, tampoco se actuó, debido a la supuesta falta de pruebas.
El ataque más grave
El fin de semana del 15 y 16 de junio, mientras el equipo se desplazaba a una feria en Navarra, el recinto quedó vacío. El martes 17, a primera hora de la mañana, al regresar para una sesión programada, se encontraron con un panorama desolador:
- Cristales rotos, ventanas reventadas y puertas calcinadas, posiblemente por el uso de cócteles molotov.
- Interiores quemados, baños y decoración arrancados y destruidos.
- Material de trabajo —como circuitos para perros y césped artificial recién instalado— completamente inutilizado.
- Pintadas por toda la finca y restos de alcohol, latas y sprays esparcidos.
- Acceso forzado y daños a una vivienda abandonada colindante.
Según Jesús, propietario de la empresa, “habían dejado tantas pistas —huellas, botes, firmas de grafiteros— que con una investigación básica se habría identificado a los culpables en días. Pero nadie hizo nada”.
Daño en espacio protegido
La finca se encuentra dentro del Parque Regional del Sureste, un espacio natural altamente regulado. “Yo no puedo ni hacer una barbacoa en mi propio terreno porque está prohibido encender fuego en espacio abierto”, explica Jesús. “Y, sin embargo, aquí han entrado, han quemado puertas, han reventado cristales, y nadie —ni forestales ni Guardia Civil— detectó nada en casi 48 horas”.
Según las estimaciones del propio equipo, el incendio pudo haberse producido entre el sábado por la tarde y el domingo por la noche, pero no fue hasta el martes cuando descubrieron el desastre.
Frustración, impunidad y miedo
Aunque las pintadas contenían firmas identificables y referencias al barrio de Valdemaría, lo que permitió a la policía identificar a algunos jóvenes, no hay testigos directos, y muchos de los presuntos autores son menores. La consecuencia: no se han tomado medidas efectivas. “Nos dicen que si no se les pilla en el momento, no se puede hacer nada. Que si son insolventes, menores o no se les puede ubicar, no va a pasar nada”, lamenta Jesús, que no pierde la esperanza de que los autores de los hechos sufran represalias por el acto vandálico que han llevado a cabo.

Un proyecto levantado con las propias manos
La finca era un proyecto personal y familiar, levantado con mimo por todo el equipo. “Cada rincón lo hicimos nosotros. Cada cristal, cada puerta, cada detalle lo restauramos con nuestras manos. Y en un fin de semana nos han destrozado todo, literalmente todo».

Petición de apoyo y responsabilidad institucional
Desde Adiestradogs se hace un llamamiento tanto a las instituciones como a la ciudadanía. “Pedimos justicia. Pedimos que se actúe. No puede ser que trabajes duro para crear algo bonito para los animales y la comunidad, y venga alguien y lo arrase sin que pase absolutamente nada.”
La empresa ha comenzado a documentar los daños en redes sociales como TikTok, con el objetivo de visibilizar lo ocurrido y generar conciencia.
“Esto no es solo un ataque a nosotros. Es un ataque a quienes intentan construir algo desde abajo, con esfuerzo. Y no debería quedar impune.”